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viernes, 19 de julio de 2019

DIA 1. 19 julio

Eran las 4 de la mañana, y de repente un dolor insoportable recorría todo mi cuerpo. No podía ni incorporarme en la cama, no entendía que estaba pasando y lo único que podia pensar en ese momento era "hoy justo no, por favor, ahora no". Me quedaban 7 horas para coger el vuelo y embarcarme en un viaje de más de 1 mes. ¿Me está pasando realmente esto? 

El dolor no se iba y empece a pensar que quizá no podría viajar 13 horas sentado en un avión , todo se iba a la mierda. No lo iba a permitir, he pasado cosas peores viajando. Así que me levante y fui a urgencias lo más rápido que pude sentándome a duras penas como mis pinchazos en la espalda me lo permitían. Quizá solo era un nervio pinzado, o quizá una simple lumbalgia. Pero, ¿En serio? 2 meses de verano aquí en casa sin problemas y justo el día antes de irme me ocurre algo que jamás antes me ha ocurrido y encima en un momento pésimo. 

En fin, el caso es que siempre intento ver el lado positivo y sacar algo bueno de la situación. Siempre he pensado que cada vez que he caído enfermo en un viaje, sobre todo en los que viajaba solo, me he hecho 10 veces más fuerte y he aprendido más de ese viaje de lo que lo hubiera hecho en condiciones normales. Así que pensé, genial, otro aprendizaje más, otro bache del que salir victorioso subiendo mi autoestima y demostrando una vez más mi capacidad de superación. Me crecí y tras 2 pinchazos intramusculares salí directo al aeropuerto rechazando casi a gritos con la doctora hacerme más pruebas. 

No puedo creerlo pero sí, he llegado al avión de puro milagro y ya estoy a punto de comenzar mi viaje por Sri Lanka y Maldivas, todo ha salido bien. 

El primer avión son 7 horas, tiene dos plantas y es increíble la diferencia entre Emirates y las demás compañías. Son las 3 de la tarde y apenas puedo dormir, tengo a dos personas al lado que cada vez que quiero salir al baño me miran con cara de pocos amigos, así que he dedicado mi viaje a escribir. Viendo la cara de asco de la primera vez, decidí salir 3 más solo por joder un poco, que así el viaje tiene más drama. 

Llegamos al fin a Dubai, 2 horas de escala y muy inocente voy a comprarme una botella de agua sin conocer a cuanto está el cambio con la moneda local, así que pago alegremente. Ocho euros, sí, casi no lo cuento. Pero al fin subo al avión, de 2 de la mañana a 6, una gran oportunidad para dormir pensé. Pero desgraciadamente a las 3 de la mañana consideraron oportuno dar el desayuno, así que decidí que no pude más, me tapé entero, me puse los auriculares y rechacé todo contacto con el exterior durante las 4 horas. La cara de asco que le ponía a Gonzalo y a la azafata cada vez que me rozaban con un dedo les hizo pillar el mensaje y dejarme dormir plácidamente. He pasado 2 vuelos sin apenas dolor de espalda, que la verdad pensé que dado como estuve en urgencias hacia tan solo unas horas sería mucho peor. 

Una vez en Colombo, tenemos 5 horas de escala y luego un vuelo de 2 horas hasta nuestro destino final, Maldivas. Hemos parado en un coffee shop, y aunque Gonzalo me ha aconsejado no beber nada con hielo, he bebido y comido como si de una comida normal se tratase, total, lo que no mata engorda. 

Me sorprende que no pueda ni pasear por el aeropuerto sin recibir miradas, ver a gente señalándome sin ningún pudor, o incluso a madres enseñándome a sus hijos como si de un mono de feria se tratase. En fin, no les culpo, miradme, 190cm, pelo afro y rubio, pantalones más cantosos imposible, y una mochila del tamaño de cualquier persona local. Realmente nunca he podido salir a una discoteca en Madrid sin que me paren a tocar el pelo 20 veces mínimo a la noche, así que esto tampoco me inquieta. A veces envidio a esa gente que visite el país que visite pasa desapercibida. Están en Mexico y podrían ser perfectamente de allí, o de Colombia, o de España. Podrían pasar por árabes en Africa y por nórdicos morenos en Noruega. Un asiático raramente les miraría y un europeo menos. En cambio yo, con la mezcla de mi pelo rizado y mis labios gordos (que podría ser brasileño), pero luego con mi piel clara y pelo rubio, no encajo en ningún sitio y estoy condenado a recibir miradas tanto buenas como malas. Espero que no se vuelva mucho peor al salir de aquí, porque si estos del aeropuerto están acostumbrados, no quiero ni imaginarme los de fuera. Lo que sí he podido comprobar ya, es que aquí señalar o mirar descaradamente no es una falta de educación como es en Europa, y tendré que acostumbrarme a aguantarlo sin inquietarme si quiero evitar problemas. De camino al baño unos 10 hombres han empezado a mirarme, señalarme y reírse, incluso uno ha venido y tocado mi pelo. Paciencia, eso es lo que voy a desarrollar en este viaje. 

Seguiré informando. 

1 comentario:

  1. Y pensar que yo la estaba pasando pesimo ayer igual escribi para expulsar todo, yo creo que solo fue una mala racha bro pero tu seras más fuerte, tu eres increíble, velo como positivo eres "diferente" ante los ojos de los demás pero eso es unico y bueno no eres como ellos que todos los muggles se parecen no se si me explico, éxito en tu viaje y solo aprende cosas buenas ☺️

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